No hay construcciones en los terrenos adyacentes al edificio, salvo en el frente opuesto de la avenida, donde se ubican los principales hoteles y tiendas de souvenirs, lo cual no sirve como referencia para la integración. Ante la consiguiente falta de referencias, y para llevar a cabo la importante tarea de integración en el contexto, se aplican dos principios:
– Rememorar la arquitectura local: los elementos de la arquitectura tradicional ibicenca se abstraen y se utilizan como recurso de diseño, tanto en forma como en materialidad. Arquitectura blanca, racionalidad formal y material, volumen compacto y tectónico.
– Adaptación al entorno: al igual que la arquitectura vernácula, la forma del edificio es producto de la reacción con el medio que lo rodea para integrar los recursos necesarios, aprovechar la energía natural y protegerse de los elementos adversos.
El proyecto de Vivienda Social se centra en el desarrollo de espacios de vida asequibles definidos por la flexibilidad, el equilibrio entre el espacio privado y los usos comunes, la variedad de tipologías de vivienda, la relación con el entorno y una fuerte identidad.
Todos estos principios se integran en una única arquitectura en la que forma y construcción responden a las necesidades de función, programa y sostenibilidad; generando un edificio autónomo basado en los sistemas tradicionales de sostenibilidad pasiva en el que la necesidad de incluir ingeniería compleja se reduce a su mínima expresión.
Se utilizan técnicas y materiales tradicionales y locales para humanizar la arquitectura y crear un ambiente doméstico.
